martes, 26 de abril de 2011

Descaro de poca importancia

De reflejo en suelo. Puerta entreabierta. Abierta sólo un poco. Únicamente lo suficiente para tomar perspectiva. De sol que valiente entra e ilumina el suelo. Ese del que huyo. No del suelo, sino de quien lo ilumina. Pero no por él, sino por incomodidad de estar debajo, de estar fuera. De saber de fuera. De abrir en abanico veraniego esa puerta. No es miedo, es rechazo.
Prefiero aquí seguir. Molestándome, incomodandome el tan solo mirar de reojo. Mirar a esa puerta, a ese brillo, a esa línea del suelo que se volverá tenue. Que se esconderá con las horas y que mañana volverá para decirme lo mismo. Descaro de poca importancia, el intentarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario