viernes, 25 de mayo de 2012

Los días de mi mente.

Siempre habrá días duros. Siempre los habrá peores. Y rezaría si Dios existiera para que no lleguen a ser tan malos como mi imaginación es capaz de crear.
Los habrá, sí. Igual que los hay.
Los días de mi cuerpo y los días de mi mente.
Momentos silenciosos, pensamientos arrolladores que vacían de ideas mi cabeza.
Circulo formado por perdigones de cazador las difumina y arroja al vacío.
Ausente de pensamientos creativos, de imaginación. Eso que pierdo cuando dentro no tengo nada.
De querer, de poder. De saber, de crecer. De sonreir, de soñar.
Llantos de niños famélicos me indignan. Camisetas anchas a rayas y flores en el pelo me entristecen.
Locas y fúnebres las miradas, perdidas las palabras.