domingo, 26 de junio de 2011

Recorte.

<< No me aprecio a mí mismo.
No puedo apreciar a nadie que me aprecie.
Sólo puedo apreciar al que no me aprecia.

Aprecio a Jack,
porque no me aprecia.

Desprecio a Tom
porque no me desprecia.

Sólo una persona despreciable
puede apreciar a alguien
tan despreciable como yo.

No puedo querer a nadie
a quien yo desprecie.

Como quiero a Jack
no puedo creer que él me quiera.

¿Cómo puedo demostrármelo?>>

Laing, Ronald D., Knots, Pantheon Books, Nueva york, 1970.

martes, 7 de junio de 2011

Miedos

Felicidad es algo, es un estado, es un sentimiento, una sensación. Si reuniese aqui y ahora 20 personas que afirmen haberlo sido, haberla sentido, no coincidirian entre ellas las definiciones que me puedan dar.
Quizás sea algo sobre lo que se habla a la ligera y nadie coincide porque nunca nadie ha llegado a experimentarla plenamente, tan solo atisvos de su definicion. Tal vez sea algo tan simple, que no haya definicion que se ajuste a su simplicidad y sobren palabras que con su innecesidad otorgan dificultad.
Comunmente el hombre ha desencaminado una lucha incansable, infatigable y capaz de traspasar cualquier barrera, para llegar a serlo, a experimentarla.Traspasar libertades en busca de eso que ni siquiera sabe definir.
Probablemente, a gran escala las mayores catastrofes y atrocidades echas por el hombre hayan sido encaminadas y llevadas al echo por culpa, o expensas de complacer , ésa su felicidad. ¿Ser felices haciendo algo que implique la infelicidad o tragedia de otro? Quizas se tergiverse, y el motivo sea interés. Mas, ¿no es satisfacer los intereses de un individuo un camino a la felicidad del mismo?
Tiñe de un cariz ogoista, a eso que llamamos felicidad.
Llámese agoismo al inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.
La felicidad, como lo mas importante. Perdón, no es la felicidad, es tú felicidad. Esa sensación a la que catalogabas como felicidad. Ésa que desmedidamente te hace considerarte como lo más importante pudiendo llegar a ser el más mezquino egoista al pretenderla.
Si aun piensas que te vale de algo y  pretendes hayarla, obtenerla, ser feliz, probalemente reiterarás en la búsqueda de la felicidad. Te diría que una búsqueda implica un lugar en el cual buscar. Sólo hay dos simples lugares. En el exterior, y en el interior. Hablé de lo que desencadena una búsqueda exterior. ¿Y una interior?
Desencadenará un nuevo combate quizás, esta vez con uno mismo. Duro y silencioso escándalo en tí. 
Será tu lucha, tus motivos, encontrar aquello que ansias. Aquello que crees que te vale de algo a tí mismo.Y que no estaría mal, si simplemente estuviese en tí. Porque.. ¿dónde está?
 Esa sensación a la que catalogabas como felicidad. Ésa que desmedidamente te hace considerarte como lo más importante pudiendo llegar a ser el más mezquino egoista al pretenderla. ¿Por qué o para qué la pretendes? Pueden haber muchos motivos, puede que no tengas ninguno.
¿Y una vez que eres feliz? ¿Una vez que llegues a estar bajo una definicion que no conoces con exactitud?
¿Entonces qué? ¿Qué acarrea? Detende y piensa. Estar feliz, no es ser feliz.
Y quien es feliz, lo es siempre. No se va por la vida sonriendo, sino conociendo que mientras se tenga a él mismo, no necesitará buscar para encontrar lo que ya tiene. Y en ese momento, tú eres el dueño. No la tiene nadie ni nada, ni depende de algo, ageno a tí. Libertad.
Ella te llevará a su fin, ella te llevará a tu fin. Por sí misma, por sí sóla. Sin tener finalidad. Por el camino podrás compartirla si quieres, guardarla para tí si quieres, o desperdiciarla si quieres. 
Felicidad es aquello, que no tiene limites. Porque no acaba en la de otro.

Alambre de púas.

Hoy hago oes con humo. Juego a atravesarlas, ensartarlas como ellas a mí. Tan grandes que quepa en ellas. Columpiarme en súbita huida , para después desvanecer. Marcharme con mi columpio de hilos gigantescos que no alcanzo a ver.

jueves, 2 de junio de 2011

Recuerdos.

Ni me fui, ni volví de donde estaba. Tampoco me quedé parado, quieto,detenido, ni vinieron a por mi. No cambié de lugar aunque entrase en otro, y atrapado por esposas. Esas de un acero que disimulaba su tacto. Esas tan ábiles que no se limitan a impedir mis manos únicamente. En cárcel decorada de interiores me sitúan. Desprendida del tacto de paredes blancas o desconchados que al verlos me recuerden la vulnerabilidad de sus muros. Un lugar mas profundo sin llegar, ni dejar de ser, distinto a aquel en el que estoy ahora, o pueda estar mañana.
Cucarachas de ceniza dejan huella y con sus pisadas se desgastan. Pero no hay aire que soplar, ni pulmones que sepan qué hacer con él. Tan solo un suelo dibujado.
Fue en aquel lugar donde conocí a mi mejor amigo. Y a mi peor enemigo.
No sería enemigo, si no lo conociese. No sería el peor si no me conociese él mas.
Aprendí a conocerlos, y toqué para ellos esa musica que nunca acaba hasta que cese algún día de manera espontanea. La de los días que pasan, la de acordeón al que aprietan , comprimen y dejan sin en el mas minimo aliento para que cuando en el quepa un resuello, liberar. Liberar en forma de regalo para  que cobre vida de nuevo y saciar  su boca anhelante de aire.
Acumulo objetos singulares a los que hago presumidos y me hacen saber dónde estoy por que conozco de dónde vinieron. Pasan los días y las horas, pero no las noto. Desconozo si olvidé a notarlo. Olvidé si lo notaba alguna vez, pero guardo un recuerdo.