Lo parece. Solo necesito mirar por esa ventana de barrotes acusados por pequeños mordiscos en su pintura, para verlo. Es el verde color de esa maleza que brota en la terraza. En ese pequeño sitio reservado para ella, lleno de arena vieja que poco a poco el tiempo va desgastando.
Quizás el atiguo inquilino de esta casa plantara algo alli, o quizas escondiera un cofre repleto de monedas de oro bajo esa tierra. Quizás no sea demasiado curioso, pero no he aprovechado para salir de dudas aun.
Me detengo en mirarla unicamene. La hierba que nace. Que al igual que sucedió el año pasado, sucederá el siguiente si el reloj de la naturaleza no detiene su tiempo. Es la vida, la propia naturaleza que emerge. Por estar viva. Nos saluda con el batir de las hojas al ritmo de la tenue brisa que la mece. Brisa que helaria mi rostro si me viera, y que aprecio con gusto.
Nadie ha echo nada por ella. Pero persiste.
Nos avisa de que está ahí.De que en una ciudad, en un lugar donde nadie le tiende la mano,donde ningun ser humano ha pensado en ella, ha nacido sabiendo que morirá.
Si no fuera por ese tono azulado que tiñe el aire a traves del que miro. Si no fuera por esa tonalidad que el sol deja reflejar en los edificios. Si no fuera por ello, pareceria primavera.
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