sábado, 5 de febrero de 2011

Evitar

Acomodo en mi regazo un litro de cerveza. De vidrio usado y color otoñal. El de las frías y secas hojas que cubren las calles  a veces mojadas por la lluvia vespertina. Esas que al pisar sienten , o al menos eso imagino.
Un trago mas no afecta, ni calma la sed. Es una pena no ser filosofo de tiempo pasado ni tener respuesta a todas aquellas cosas que van más allá de la insursa y obsoleta fisica que conocemos. Es una pena no ser filosofo, como es una pena no ser nada. Quizás hasta nada sea una pena. Quizás hasta nada merezca la pena. O mas bien.. debería o deberiamos pensar qué es aquello que transforma  algo , en algo que merezca la pena. Puede posiblemente que sea la importancia que le queramos asignar a ello, o mas bien la importancia que dio cualquiera en tiempos pasados y que nos influye ahora. Plantea eso por que no resolver la duda de lo importante, conocer realmente que merece la pena para uno mismo sin verse coaccionado insalvable e inconscientemente por opiniones pasadas de alguien que no eres tú. Que fácil realmente es seguir la corriente de lo natural por haber sido tradicionalmente impuesto cómo tal.
Respetemos lo importante para otro, pero destaquemos lo importante en nosotros mismos, lo importante para ese yo que a veces piensa.
Tambien plantea de forma inevitable la duda de lo no importante. Qué es no importante, vano y desmerecedor de importancia. Quizas aquello a la que no se la demos. Quizás aquello sobre lo que no nos hemos parado a pensar. Posiblemente casi nunca pensemos. Realmente, la diferencia entre lo que goza de importancia y lo que no, es un espejismo desconocido , sobre el que nunca nos paramos a darle rostro porque siempre pensamos.. que hay cosas mas importantes que hacer...
Me levantaré de este banco, no sin la botella de mi regazo, y notaré esas hojas sentir de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario